Jurando

Mi hijo ha empezado a maldecir. ¿Es esto una señal de problemas por delante?

Maldecir, el uso de blasfemias o palabras "sucias", es casi un comportamiento normal en el desarrollo de los niños durante la infancia media y la adolescencia temprana. ." Las blasfemias se utilizan para impresionar a los amigos y pueden convertirse en parte de las relaciones con los compañeros. Con bastante frecuencia, los niños más pequeños no saben el significado de las palabras que están usando, pero las dirán de todos modos simplemente porque han oído que otros las usan.

Afortunadamente, este fenómeno de maldecir parece perder su atractivo y disminuir a medida que los niños maduran. Sin embargo, hasta entonces, los jóvenes a menudo disfrutan sorprendiendo a sus padres con las palabrotas que han aprendido fuera de casa. (Tenga en cuenta que los padres que juran en casa están enseñando a sus hijos a hacer lo mismo y no deben sorprenderse cuando sus hijos imitan su comportamiento).

Claramente, hay un grupo más pequeño de niños "incorregibles" que juran. Además de maldecir, tienen muchas otras dificultades, tanto personales como sociales. Estos jóvenes pueden ser más propensos a maldecir y enojarse con otras personas, un fenómeno diferente al de usar algunas palabrotas en momentos de frustración. Las blasfemias dirigidas a otra persona nunca deben tolerarse.

Qué pueden hacer los padres

Aquí hay algunas sugerencias para ayudarlo a manejar el problema de las palabrotas:

  • Si cree que es apropiado, establezca la regla de que "no habrá juramentos en nuestra casa". Bajo ninguna circunstancia tolere las palabrotas dirigidas a alguien enojado. Si esto ocurre, un niño puede ser enviado inmediatamente a su habitación para un tiempo de espera.

  • Maldecir por frustración es casi un comportamiento humano natural. Aunque quizás inapropiado, es un lugar común en algunas familias. Si ese es su estilo personal, le resultará difícil enseñarle a su hijo algo diferente.

  • Cuando su hijo diga palabrotas, no reaccione de forma exagerada con sus propios estallidos de ira y maldiciones. Además, lavar la boca de un niño con jabón es claramente impropio, extremo e ineficaz.

  • En ocasiones, puede sentir que su hijo está usando blasfemias en un intento de provocar una respuesta de su parte. En estos casos, ignorarla puede ser la estrategia más efectiva.

  • Recompense a su hijo por expresar su frustración apropiadamente sin maldecir. Los mapas estelares y el dinero son enfoques útiles. Por ejemplo, use un frasco de monedas de cinco centavos que pueda ganar al final de dos semanas; por cada día que no jure durante este tiempo, se colocarán dos monedas de cinco centavos adicionales en el frasco; pero cada vez que jura, se le quitarán cinco centavos. Su hijo se dará cuenta rápidamente.

Cuándo buscar ayuda adicional

En sí mismo, jurar no es un signo de perturbación emocional. Sin embargo, si hay otros problemas (mentiras crónicas, robos crónicos o dificultades con los compañeros), las palabrotas pueden ser solo otro síntoma de un trastorno psicológico o social. En esta situación, hable con su pediatra sobre asesoramiento, ya sea terapia individual o familiar.

Información adicional:

  • Comportamiento normal del niño

  • Cómo moldear y controlar el comportamiento de su hijo pequeño



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