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El número de niños estadounidenses hospitalizados con COVID ha alcanzado un récord

A medida que los niños de todo el país regresan a la escuela, la amenaza de la variante delta de COVID-19 continúa aumentando. La semana pasada, EE. UU. alcanzó un nuevo hito preocupante en la pandemia. La cantidad de niños hospitalizados con el virus alcanzó un máximo histórico y algunos expertos instan a aumentar las medidas de seguridad para proteger a los niños vulnerables.

Hasta el sábado 14 de agosto hubo 1.902 hospitalizaciones pediátricas por COVID-19, según un informe de Reuters. Los casos del virus en niños han seguido aumentando exponencialmente durante las últimas semanas, con más de 121 000 casos nuevos de COVID en niños agregados del 5 al 12 de agosto, y casi 94 000 casos de niños agregados durante la última semana de julio. A lo largo de la pandemia, los niños han representado alrededor del 14% del total de casos acumulados de COVID. A partir del 12 de agosto, la Academia Estadounidense de Pediatría informa que los niños representan el 18 % de los casos semanales informados.

¿Qué tan graves son los riesgos para los niños?

El aumento de los casos pediátricos de COVID se produce justo cuando comienza un nuevo año escolar, y algunos distritos escolares han eliminado los mandatos de mascarillas. Durante el año escolar 2020-2021, los datos mostraron que las escuelas no fueron una fuente importante de transmisión de COVID. Un estudio realizado en enero de 2021 encontró que más del 70 % de los casos de COVID en niños procedían de la transmisión en el hogar en comparación con la transmisión en el aula; sin embargo, las máscaras y otros protocolos de seguridad pueden haber tenido un papel en la limitación de la cantidad de infecciones en las escuelas. Todavía no está claro cómo afectarán los cambios de este año al número total de casos en niños.

Un grupo de científicos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte modeló lo que podría suceder en las escuelas a medida que el COVID continúa propagándose y cómo los mandatos de uso de mascarillas y las pruebas periódicas podrían marcar la diferencia. Sin máscaras ni pruebas regulares, su modelo estima que hasta el 90% de los estudiantes susceptibles podrían infectarse con COVID-19 al final del semestre. Las altas tasas de infecciones por COVID en los niños podrían resultar en más cuarentenas y cierres de escuelas, lo que ya está sucediendo en algunos estados.

Los niños también pueden transmitir el COVID a sus hermanos, padres y otros familiares vulnerables.

Además, hay evidencia de que algunos niños son susceptibles a una COVID prolongada y otras complicaciones graves, como el síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C). Un estudio de abril realizado por la Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido encontró que el 12,9 % de los niños de 2 a 11 años y el 14,5 % de los niños de 12 a 16 años que estaban infectados con COVID-19 informaron síntomas continuos cinco semanas después.

Cómo dicen los expertos que podemos mantener a los niños más seguros

Aunque las hospitalizaciones de niños han aumentado drásticamente, los niños todavía tienen un bajo riesgo de ser hospitalizados con COVID. Entre los estados que informan sus datos de virus, los niños representan entre el 0,2 % y el 1,9 % de las hospitalizaciones por COVID. Sin embargo, a medida que crece la cantidad de niños infectados, la cantidad de hospitalizaciones también seguirá aumentando.

Algunos expertos preocupados instan a las familias y a los funcionarios escolares a adoptar mayores medidas de seguridad para detener la propagación desenfrenada del virus. La Academia Estadounidense de Pediatría calificó al COVID como "una amenaza grave para la salud de los niños" y recomendó en repetidas ocasiones el uso universal de máscaras en las escuelas.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan una estrategia de prevención por niveles que incluye:

• Enmascaramiento interior universal para todos los maestros, personal, estudiantes y visitantes, independientemente del estado de vacunación.
• Evaluación de síntomas y pruebas periódicas.
• Mayor ventilación en las aulas.
• Mayor lavado de manos y limpieza de superficies de alto contacto.
• Monitoreo local de transmisión comunitaria.

La variante delta ha creado muchas incógnitas para los padres y los administradores escolares, pero las principales organizaciones de salud parecen estar de acuerdo en que proteger a los niños y evitar que aumente la cantidad de casos pediátricos es una prioridad importante a medida que navegamos por esta nueva fase de la pandemia.