Consejos para hacer que la hora de acostarse sea más fácil

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Controle el consumo de alimentos y bebidas

Las comidas copiosas pueden dificultar el sueño, así que déle a su hijo algo de tiempo entre la cena y la hora de acostarse para digerir. Asegúrese de que su hijo se mantenga alejado de los dulces antes de acostarse y que no consuma cafeína al menos seis horas antes de irse a dormir.

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Paz y tranquilidad

Evite las actividades estimulantes después de la cena. Este no es el momento para un juego de pelota o juegos ruidosos. Es un momento para relajarse, cantar canciones, escuchar música o hablar sobre su día.

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Avisar con anticipación

Hágale saber a su hijo que se acerca la hora de acostarse, ya sea dentro de una hora o cinco minutos. Esto lo pone en la mentalidad correcta y le permite terminar cualquier tarea que tenga entre manos.

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Haga de su habitación un lugar que disfruten

La habitación de su hijo debe ser un lugar de comodidad, alegría y relajación, un lugar donde quiera pasar el tiempo. La temperatura debe ser cómoda, y su ropa y mantas no deben restringir el movimiento.

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Sin televisión ni computadoras a la hora de acostarse

Los estudios han demostrado que los niños que tienen televisores y computadoras en sus habitaciones tienden a dormir menos que los que no los tienen. Según la Academia Estadounidense de Pediatría, los adolescentes que usan la computadora y miran televisión a altas horas de la noche a menudo lo hacen mientras beben bebidas con cafeína. La mejor solución es eliminar estos dispositivos electrónicos de las habitaciones, pero si eso no es posible, establezca un horario de apagado estricto y (como se mencionó anteriormente) no permita el consumo de cafeína a la hora de acostarse.

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Establezca una rutina nocturna

Cree una rutina que sea agradable y que su hijo asocie con la hora de acostarse. Debe ser un período de tiempo manejable, alrededor de 20 a 30 minutos por noche, y puede involucrar elementos que usted y su hijo consideren importantes (baño, historia, caricias, luces apagadas, etc.). Los libros relajantes ofrecen una manera maravillosa de establecer el estado de ánimo y mostrarle a su hijo el valor de la lectura.

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