La guía definitiva sobre el tono de voz para usar al disciplinar a los niños

Muchos padres usan una voz severa cuando disciplinan, pero un tono empático y comprensivo es en realidad más efectivo. La clave es ser genuino al respecto.

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¿Amor duro o laissez-faire?

La disciplina es una de las partes más difíciles de la crianza de los hijos, en parte porque amamos a nuestros hijos y no queremos verlos sufrir. A veces, en un esfuerzo por protegerlos de las emociones negativas, los padres son demasiado permisivos. Estos padres realmente no disciplinan en absoluto. Lamentablemente, los niños sin suficiente estructura y consistencia crecen y no están tan bien equipados para manejar la edad adulta.

Muchos padres se dan cuenta de la necesidad de disciplinar a sus hijos. Ellos entienden que hacer que los niños cumplan con las expectativas de comportamiento es parte de ser un padre amoroso. Sin embargo, estos padres a menudo interpretan que eso significa que deben usar una voz severa o incluso gritarles a sus hijos cuando corrigen su conducta.

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En verdad, gritar o hablar con un tono duro no es la mejor manera de disciplinar. Teniendo en cuenta que “disciplinar” significa “enseñar”, considere el hecho de que este enfoque en realidad inhibe la capacidad de aprendizaje de un niño. Los niños que están siendo reprendidos cierran.

Entrenador de crianza positiva y Amor y lógica para la primera infancia La facilitadora Heather Wallace explica:“Si das órdenes o les das una consecuencia con tu 'voz mala', sus cerebros se activarán automáticamente para luchar o huir. Esto causará una gran resistencia”.

Adoptar un enfoque empático de la disciplina

¿Recuerdas a los padres permisivos de los que hablamos antes? Estos padres tienen dificultades para poner su pie en el suelo porque no desean ver a sus hijos luchar con experiencias negativas. Claramente, este enfoque no es el correcto, pero echemos un vistazo más profundo a su motivación.

Los padres duelen cuando sus hijos duelen. En lugar de abandonar todas las reglas, lo que genera más daño en el futuro, y en lugar de "actuar con dureza", lo cual no es efectivo, quiero ofrecerle un enfoque diferente.

Proporcione consecuencias con un tono empático. Eso significa que tu voz es tranquila y proviene de un lugar de amor y comprensión. Demuéstrele a su hijo que lo ama mientras lo disciplina.

No hay necesidad de ser duro. El mundo ya es duro, y con amor puedes dar un paso atrás y permitir que tu hijo enfrente sus consecuencias naturales, al mismo tiempo que estás ahí para ellos.

En pocas palabras:deja que las consecuencias hablen por sí solas. Mantente fiel a tus límites mientras hablas en un tono cariñoso y empático.

Pero, mis hijos solo escuchan mi voz malvada...

Los padres a menudo tienen problemas para suavizar su tono, porque uno duro es muy efectivo. Hay algunas cosas a considerar aquí.

Primero, si siempre gritas, siempre necesitarás gritar. Continuar confiando en un cierto volumen o tono de voz en realidad entrena a sus hijos para que solo escuchen cuando usted lo usa. Saben que no sientes lo que dices hasta que gritas.

A continuación, una "voz mala" podría funcionar a corto plazo, pero falla a largo plazo. No solo sus hijos no escuchan o no retienen, sino que usted está desgastando la relación. A medida que sus hijos crezcan, querrá que confíen en usted y permanezcan abiertos a sus consejos.

¿Qué pasa si es importante o un problema de seguridad?

Muchos padres reservan su tono duro para “situaciones de emergencia”. Cuando la seguridad es un problema, a menudo cambian su estrategia de crianza hacia un enfoque más duro. Esto obviamente tiene sentido.

Si su hijo de cuatro años se dirige a la carretera, ¿debería gritar? Si. Su intención, sin embargo, no es castigar. El propósito de gritar debe ser llamar su atención. Si no gritas regularmente, esto debería ser muy efectivo. Si siempre gritas o bajas con fuerza, debilitas el poder de tu voz en situaciones de emergencia.

Responda siempre al peligro inmediato. Sin embargo, la disciplina de seguimiento se ejecuta mejor en lo que Heather Wallace describe como “una voz empática y preocupada”. Ella explica:“Eso no significa que no levante la voz en estas situaciones peligrosas para llamar su atención de inmediato. Pero toda interacción después de que capte su atención tendrá una genuina empatía y preocupación en mi voz”.

Cómo permanecer empático cuando estás frustrado

Incluso si desea cambiar su tono, los niños no siempre lo ponen fácil. Entonces, ¿qué pasa cuando estás completamente exasperado?

Antes de abordar el cambio a un tono empático, concéntrese en mantener la calma. Tome respiraciones profundas o incluso tómese un "tiempo fuera" para recordar. Cuando hablas, usar una voz cantarina puede ayudarte a sonar positivo cuando no lo sientes.

A continuación, realmente aproveche su amor por su hijo. La disciplina describe nuestra tarea de enseñar a nuestros hijos cómo tener éxito a medida que crecen y maduran. Sabemos muy bien lo difícil y desafiante que puede ser aprender de nuestros errores. Sea genuino con su empatía. Recuérdese cuánto se preocupa por su hijo. Cuando realmente lo sientas, será más fácil comunicar empatía a través de tu tono.

Si bien este consejo puede ayudar con la mayoría de los niños, es posible que desee adoptar un enfoque diferente al disciplinar a niños muy sensibles.