Agotamiento de preadolescentes

Agotamiento de preadolescentes

Escultismo, lecciones de baile, clases de karate, clubes de ajedrez, equipos de fútbol, ​​competencias de natación:la lista de actividades extracurriculares en las que los preadolescentes pueden participar es interminable. Demasiadas actividades estructuradas pueden privar a los preadolescentes del tiempo que necesitan para socializar con amigos, pasar tiempo con sus familias y tener tiempo a solas con sus libros, música y colecciones para que puedan relajarse, descansar y descomprimirse.

Las señales de que un niño está estresado por tener demasiados horarios suelen ser obvias para los demás. Si los padres no los ven y continúan empujando a sus hijos preadolescentes hacia demasiadas o equivocadas participaciones, generalmente es porque tienen sus propias agendas. Tal vez se perdieron de ciertas actividades durante su propia infancia y están tratando de vivir a través de su preadolescencia. Algunos padres están más interesados ​​en impresionar a otros padres que en considerar los intereses de sus hijos. Disfrutan la reacción que provocan cuando les dicen a sus amigos que su hijo es un corredor de descenso o un campeón de ajedrez.

¿Le preocupa que su hijo esté experimentando agotamiento? Consulta las 5 señales de advertencia del agotamiento adolescente.

Esencial

Es importante apreciar a su hijo por lo que es. No intentes convertir a una estrella académica que quiere pasar la mayor parte de su tiempo libre estudiando en un atleta que debe pasar la mayor parte de su tiempo haciendo ejercicio, o viceversa.

Si no está seguro de si su hijo preadolescente tiene demasiados horarios, pídale la opinión de un amigo honesto. Si aún no está seguro, esté atento a los siguientes signos reveladores.

  • Se entretiene cuando es hora de irse a una actividad extracurricular.
  • A menudo pierde su equipo, permisos y horarios, y tú estás más molesto que él.
  • Requiere recordatorios continuos para practicar o prepararse para actividades, reuniones y eventos programados.
  • Se olvida de transmitir información sobre los cambios de horario y su necesidad de equipos y suministros especiales.
  • Se queda despierto hasta tarde para terminar la tarea o no la hace bien.
  • Se queja de no poder hacer lo que quiere hacer.
  • Sufre de ansiedad por el rendimiento, se enfada mucho porque no consigue marcar un gol o se siente mal antes de un recital o una competición.
  • No se queja cuando los problemas de transporte o los conflictos de programación interfieren con una actividad programada.
  • Los miembros de la familia no pueden encontrar tiempo para disfrutar unos de otros porque todos están demasiado ocupados.

Proporcionar una variedad de actividades extracurriculares para que un niño pueda ser completo es admirable, pero si su hijo no las disfruta, puede que no tenga sentido insistir en que continúe. Muchos preadolescentes tienen intereses muy definidos y no les gusta verse obligados a perseguir la idea de diversión de otra persona. Una sola actividad extracurricular puede ser demasiado agotadora si su hijo valora su tiempo para jugar en el vecindario y pasar el rato en casa.