¿Azotar o no azotar?

¿Azotar o no azotar?

¿Qué le enseña exactamente a su hijo cuando lo azota o lo golpea por un acto de mala conducta? ¿Le enseña a su hijo a no pegar bajo ningún concepto? ¿O enseña a no golpear a nadie a menos que sea mucho más grande que ellos y, por lo tanto, pueda salirse con la suya? ¿Qué tan contradictorio es para usted decir que su hijo no puede golpear ni lastimar a nadie más, pero que usted puede lastimarlo cuando lo considere apropiado? ¿Su niño aprenderá una lección moral aquí?

Antes de azotar, abofetear o golpear a su niño pequeño o preescolar, recuerde que usted es el primer y mejor modelo de comportamiento apropiado para su niño pequeño. Por lo tanto, los azotes, bofetadas o golpes de los padres probablemente llevarán al niño no a un comportamiento menos agresivo, sino más bien a un comportamiento más agresivo. Si, en cambio, demuestra amabilidad a cualquier víctima de la mala conducta de su hijo y desaprobación enérgica hacia su hijo, entonces eso es lo que su hijo eventualmente emulará (aunque ciertamente no de inmediato).

La Academia Estadounidense de Pediatría se opone a todas las formas de castigo corporal. Con demasiada frecuencia, el castigo corporal se aplica de manera indiscriminada y arbitraria. Las nalgadas, y aún más las bofetadas, a menudo ocurren espontáneamente, en lugar de después de uno o dos minutos de consideración razonada. Y debido a que ambos se administran a menudo con ira, los azotes y las bofetadas se deslizan con demasiada facilidad sobre la línea del abuso físico punitivo. Por estas razones, no podemos recomendar el castigo corporal como medida disciplinaria.


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